revista Trinchera

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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Censura en TELAM: Comunicado de los trabajadores y las trabajadoras de la agencia


A continuación reproducimos un comunicado que realizaron los trabajadores y trabajadoras de la Agencia de Noticias TELAM en repudio a los hechos de censura que padecieron.




Texto elaborado por la Comisión Interna de TELAM por mandato de la Asamblea del jueves último y divulgado hoy (6 de diciembre de 2011). 

La asamblea general de trabajadores de Télam repudia la operación de prensa montada en la agencia y la censura sufrida en los despachos informativos redactados por nuestros compañeros de la sección Política sobre el asesinato del dirigente campesino Cristian Ferreyra, integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-VC).

Enterados de la noticia un día después, 17 de noviembre último, junto a la denuncia del Mocase, redactores de la sección recababan el relato de compañeros de Ferreyra e intentaban vanamente conseguir declaraciones de alguna autoridad del gobierno provincial. 

Al día siguiente cubrimos con redactor y fotógrafo una marcha convocada por el Mocase con el apoyo de movimientos político sociales, entre ellos el Movimiento Evita, uno de cuyos dirigentes, el “Chino” Navarro, aportó como otros sus declaraciones señalando la responsabilidad de “gobiernos provinciales” en la violencia de los terratenientes contra campesinos, en alusión en este caso al gobernador santiagueño, Gerardo Zamora.

La nota fue demorada y se presionó finalmente para eliminar la presencia del Movimiento Evita en la marcha y las declaraciones de Navarro. Por último, fue eliminado el párrafo en que éste responsabilizaba a gobiernos provinciales y funcionarios judiciales por la violencia rural, sin consultar al redactor y dejando su sigla. Tampoco se incluyeron fotos, según se indicó a compañeros de fotografía, “por orden del jefe de prensa del gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora”.

El 23 de noviembre se cubrió una conferencia de prensa del Mocase junto a organizaciones kirchneristas, emitida casi cinco horas después de terminada sin el párrafo en el cual Alfredo Farías, del Mocase, atribuía una vez más responsabilidad al gobernador Zamora en la violencia de empresarios rurales y el incumplimiento de sus compromisos con las organizaciones campesinas. 

¿Si todo esto no es censura que nos expliquen que entienden por ella? 

Pero además, y quizás lo más grave, con el concurso de la agencia se montó una operación. El mismo día de la marcha del 18, por la mañana, se emitió un despacho de unas 90 líneas que afirmada en el título y la cabeza que Ferreira había sido asesinado en un enfrentamiento entre vecinos, adoptando sin distancia alguna la afirmación de un supuesto informe o “parte oficial” de la policía santiagueña, sobre el crimen cometido en realidad por sicarios de un terrateniente. Ante la protesta de periodistas, se dijo que ese “parte” había sido remitido por Zamora con pedido de publicación.

Sin pormenorizar más la descripción, cabe subrayar que en la cobertura de este crimen, mientras compañeros pugnaban por dar a conocer la información chequeada, desde la conducción periodística de la agencia se presionó todo el tiempo con argumentos como que el jefe de prensa del gobernador Zamora “no quiere que se publiquen fotos del Mocase” o se vociferó que “acá no sale nada más del Mocase”.


Los trabajadores de Télam no queremos más censura ni mendacidad. El caso de censura en noticias sobre el asesinato de Ferreira, que es muy grave, no es una excepción. La censura y la selección de hechos que deben ser ignorados son moneda corriente. Sabemos por experiencia que esto no es nuevo. Esto, lamentablemente, repite prácticas que también fueron de gestiones anteriores, en diverso grado. Exigimos que de ahora en más no se repitan hechos de esta naturaleza.


Quienes llevan adelante este tipo de practicas nefastas son los mismos que lo hicieron durante gestiones anteriores y que lamentablemente continuan en cargos de importancia en la Mesa de Edición, a pesar de sus repetidos y resonantes errores profesionales durante años nefastos. 

La asamblea decidió por unanimidad repudiar estos hechos y constituir una comisión que, junto a la Comisión Gremial Interna, controle y tome nota minuciosa de estas situaciones en caso de repetirse, además de abordar otras cuestiones que preocupan al conjunto de los compañeros porque ponen en juego el ejercicio honesto de nuestra profesión.


También se decidió reclamar a las jefaturas de las respectivas secciones de la Redacción que defiendan el trabajo y la profesionalidad de los periodistas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Siete chicanas contra la televisión alternativa



Por Natalia Vinelli / Barricada TV. (Publicado en Revista Documental para re-pensar el cine hoy, Año 4 nro.3 / oct. 2011.)
Voces por una TV alternativa popular y comunitaria: http://www.youtube.com/playlist?list=PL0121419F1945E559 
 
En los últimos meses las televisoras alternativas, populares y comunitarias realizamos numerosas actividades en defensa del sector y en rechazo de las resoluciones 685 y 686, que llaman a concurso para la adjudicación de frecuencias en TV digital. Estas resoluciones son resistidas por los medios y organizaciones populares dado su carácter restrictivo: además del alto valor de los pliegos (hasta 140 mil pesos), las bases y condiciones ponen en desigualdad a estos medios respecto de otros considerados dentro de la figura “organizaciones sin fines de lucro”. La movilización en reclamo de concursos específicos, gratuidad en los pliegos y debate de jurados visibilizó la problemática y permitió confrontar posiciones alrededor de qué es la televisión popular y las maneras en que ésta viene funcionando.

Recordemos que los medios alternativos cuestionamos la figura “organización sin fines de lucro” durante el debate de la ley de medios en el Congreso, entendiendo que favorecía a las grandes cooperativas y fundaciones (pongamos por ejemplo la AFA o la fundación del Banco de Valores), y que no contenía las especificidades de los canales de TV y emisoras de radio alternativos, populares y comunitarios. Tampoco resolvía la ambigüedad de este tipo de prácticas en cuanto a su definición ni trazaba límites claros respecto de ellas. Los primeros concursos demuestran que no estábamos equivocados: hay una cómoda “incomprensión” por parte de los funcionarios del área acerca de qué es un medio comunitario, lo que favorece una idea acotada de lo que se entiende por democratización en materia de medios (que luego se traduce en pliegos concretos).

Si bien no nos proponemos acá debatir sobre cuáles son los elementos que hacen a un medio alternativo, popular o comunitario, nos parece importante destacar algunos aspectos que se nos presentan de manera conflictiva al leer las condiciones de admisibilidad para poder concursar por frecuencias y legalizar nuestras emisoras para crecer en aire y alcance. Resistimos que en nuestro nombre se beneficien las pymes, las fundaciones fantasmas de las grandes empresas, sindicatos burocráticos o las pequeñas quintas personales (que algunos tengan derecho a tener medios es otra cosa, el problema es que claramente no somos lo mismo y por lo tanto no podemos cumplir los mismos requisitos). Por eso salimos a reclamar concursos específicos y políticas de promoción y fomento, de manera de hacer efectivo y plural el 33 por ciento del espectro destinado para este sector por la nueva ley 26.522.

En este sentido decimos, aunque para nosotros suene obvio, que los medios en manos del movimiento social, los trabajadores y nuestro pueblo no nos regimos con la lógica patrón / empleado sino que funcionamos como militantes; en todo caso podríamos pensar en la figura del voluntariado social o mejor, en el trabajo voluntario. No perseguimos el lucro y nos financiamos con aportes voluntarios y donaciones de las organizaciones populares que nos acompañan. Trabajamos con copyleft y creative commons para nuestras producciones y para musicalizar los informes audiovisuales. Entendemos que la profesionalización hay que ensayarla desde la mirada de lo popular, construyendo nuevos géneros y formatos y no cercenando las posibilidades de participación por la obligación de contratar la voz de un locutor.

Estos elementos son indispensables para realizar concursos acordes a nuestra realidad, de manera que el acceso a la televisión digital sea para todos y no para unos pocos, y no se siga reproduciendo el sistema de medios que se decía superar. Porque hoy la presencia de los medios comerciales en la televisión digital no se puede pasar por alto: C5N de Daniel Hadad, CN23 de Sergio Spolsky, Gol TV de Paco Casal y Francescoli o 360TV no ganaron ningún concurso (ni en digital ni en analógico) y sin embargo ya están en el aire junto con la señal (tampoco concursada) de la UOCRA de Gerardo Martínez, a la postre denunciado como agente infiltrado del Batallón 601 del ejército entre los obreros de la construcción durante la dictadura militar.

Todos estos temas fueron parte de las discusiones que mantuvimos con funcionarios de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual AFSCA (reuniones que llegaron luego de mucha insistencia y movilización); y también de los debates con estudiosos de los medios. En los foros que realizamos se pudieron escuchar variedad de posiciones, desde el apoyo a la ley de medios hasta de oposición por izquierda. Esta amplitud que saludamos nos permitió conocer lo que, dicho rápidamente, el oficialismo en medios y comunicación, con matices, “piensa de nosotros”. Eso que piensan de nosotros es parte de la argamasa desde la cual se formulan las traducciones de la ley de medios sobre la realidad concreta; en este caso, las resoluciones que llaman a concursos para la adjudicación de frecuencias en televisión digital.

Esto en definitiva se puede resumir, sin pretensión de agotar ningún debate, en lo que entendemos son siete prejuicios o suspicacias contra la TV alternativa, popular o comunitaria. Estos saltan a la discusión muchas veces en forma de chicanas, otras implican desconocimiento y otras, directamente, desnudan cuál es el sistema de medios que algunos sectores (podríamos decir, los hegemónicos) dentro del kirchnerismo imaginan cuando hablan de democracia en esta materia. Esperamos que la breve sistematización que sigue sirva para continuar el debate y mejorar las argumentaciones de cara a la necesidad de ocupar desde nuestras televisiones un lugar en la pantalla.
 

I. “Los que cuestionan las resoluciones 685 y 686 son los que siempre ven el vaso medio vacío, y terminan siendo funcionales a la derecha”.
 
            Deberíamos comenzar por decir que el pueblo en las calles nunca es funcional a la derecha, aunque parezca una verdad de Perogrullo, y que en el caso concreto de la ley de medios, no es Clarín quien está realizando la crítica y reclamando ser escuchado en sus reivindicaciones sino los medios populares. Nosotros denunciamos la concentración de la comunicación en pocas manos desde que se conformaron los multimedios con la ley de reforma del Estado de Menem y Dromi; realizamos campañas callejeras denunciando la tergiversación y el ocultamiento de la información durante el menemato y fuimos parte activa de la resistencia al neoliberalismo; estuvimos en la calle el 19 y 20 de diciembre gritando “que se vayan todos” y “nos mean y los medios dicen que llueve”, y generamos nuestros propios medios en articulación o como parte orgánica de las organizaciones sociales y políticas invisibilizadas por el fast food televisivo.

            Además, participamos con nuestras propuestas en el debate de la ley, rechazamos el decreto 527/05 que en los hechos prorrogó las licencias a los grandes medios y denunciamos los puntos que, venimos verificando, siguen condenando a la marginalidad y a la alegalidad a los medios populares. La concepción del “paquete cerrado” que hay que tragar sin mayor trámite porque “lo otro es peor” ayuda muy poco a la democratización (aún cuando referimos a una democratización en el marco de la democracia burguesa); desnuda las limitaciones propias de quien lo enuncia y se cierra en el circuito de la soberbia y la obsecuencia perdiendo legitimidad. Entonces, ni el vaso medio lleno ni el vaso medio vacío: estamos peleando porque la televisión alternativa, popular y comunitaria, que fue el sector perseguido y postergado históricamente por la ley 22.285, ocupe el lugar que le corresponde en el espectro.
 

II. “La televisión alternativa no existe, no los mira nadie, a lo sumo 10 amigos”.
 
            Esta afirmación es claramente una chicana (y es bastante gorila), sobre todo cuando transita los pasillos de las facultades donde se estudia Comunicación y donde existen materias y orientaciones denominadas “Comunicación Comunitaria”. Paradójicamente, muchos estudiantes se acercan a nuestras prácticas como parte de su formación, algunos se incorporan a este hermoso frente de lucha o construyen sus propias herramientas y muchos, más de lo que se piensa, imaginan sus futuros profesionales asociados a estas búsquedas (que, insistimos, se propagandizaron junto con la ley de medios, y ésta debiera promover). ¿Cuántas experiencias tienen su origen, o al menos vínculos importantes con las universidades nacionales? ¿Desde qué tradiciones se fundaron las carreras de Comunicación?

            Además, si la radio y la televisión alternativa, popular y comunitaria no hubiese sufrido 30 años de allanamientos, decomisos y persecuciones seguramente estaría mejor equipada, y aún así estamos en el aire y comprobamos día a día nuestra llegada. Basta el ejemplo del Canal 4 Utopía en los 90: no sólo lo veían muchos más que 10 amigos sino que tuvo que enfrentar 14 decomisos, a los que respondió con la movilización del vecindario. A dos años de aprobada la ley, es cierto, no se produjeron decomisos. Pero se mantiene una situación de alegalidad que impide a nuestros medios crecer y desarrollarse en toda su potencialidad, condenándonos a la marginalidad.

            Eso es lo que queremos superar: no existen hoy políticas de fomento de los medios en manos de los trabajadores y el pueblo que no sean aquellas que cercenan el sentido a lo pequeño. Tenemos derecho a que nuestras voces sean escuchadas, a tener alcance, a disputar masividad. Difícilmente lo logremos sin políticas igualitarias respecto de la migración tecnológica a digital, o emitiendo en análogo por aire en tiempos de apagón tecnológico y consumo masivo de TV por cable. Por eso la legalización es fundamental, y por eso nos censamos cuando el AFSCA lo solicitó (nos referimos a la resolución 3). De paso, ¿qué datos arrojó aquel censo? Todavía hoy no se conocen.

 
III. “La televisión alternativa es berreta, desprolija y mal hecha, incapaz de producir contenidos de calidad ni de cumplir los requisitos de programación diaria”.
 

          Este prejuicio no es más que eso, un prejuicio por desconocimiento; otras veces pura hipocresía. Es cierto que algunos medios cultivan un gusto por la artesanalidad (lo cual no quiere decir todas las veces mal hecho), pero la mayoría de los colectivos que se dedican a la producción audiovisual vienen demostrando la calidad de sus trabajos y toda la potencialidad y frescura que podría desatarse si se contara con un plan de fomento. Si no, ¿para qué solicita el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentinos BACUA nuestras imágenes? Además, ¿qué entendemos como parámetro de calidad?

            Es cuestión de encender la pantalla para asistir a una catarata de basura informativa, como decía Rodolfo Walsh, o al entretenimiento vulgar, sexista y grosero que copa la TV. Junto con esto decimos que el desafío de la programación diaria se resuelve con aire real, y que hoy, con lo poco que tenemos, logramos cubrirla bastante bien gracias a la colaboración entre los colectivos, la cooperación y la apertura de las emisoras a voces mucho más diversas de las que transitan por los medios oficiales. Claro que siempre podemos mejorar, de hecho estamos aprendiendo todo el tiempo, pero estamos en condiciones y queremos asumir el desafío..

            Asimismo no podemos dejar de subrayar que a veces en la discusión, “sin querer queriendo”, se nos exige a nosotros lo que la industria cultural resuelve apenas (la repetición, los enlatados, los programas ómnibus que requieren poca producción, la entronización de los chimentos son la materia prima de la TV actual). El problema de los contenidos entonces no es nuestro, sino principalmente de ellos. La televisión es un monstruo que fagocita imágenes de manera permanente, y es ese esquema televisivo unidireccional y comercial el que le quita la historia a las imágenes y las vuelve viejas antes de tiempo.
 

IV. “La televisión alternativa es local, no hace falta demasiada potencia”.
 
            Hay una tendencia importante a cercenar lo alternativo, popular o comunitario a lo chiquito, a lo inmediatamente cercano, a los márgenes abandonados por el sistema. Incluso hay prácticas que se sienten más cómodas en esa pequeña dimensión. Todas aportan a la construcción de otro discurso, es cierto, pero si hay algo que está haciendo falta desde hace rato son medios populares que disputen masividad y, en definitiva, poder. ¿Por qué nos tenemos que conformar con llegar a 1, 5 o 10 kilómetros (o con que nos vean los famosos “convencidos”)? ¿Por qué las luchas que transitan por nuestras pantallas deben quedar acotadas a un alcance ínfimo? La respuesta es obvia. Buscamos disputar sentido, construir una nueva subjetividad, crear colectivamente una opción, una alternativa comunicacional y sobre todo política. Limitar nuestras posibilidades a los márgenes molesta tanto como la llegada mínima a la que se nos condena.
 

V. “La televisión alternativa no es sustentable: si no pueden pagar pliegos, no pueden sostener un canal”.
 
            Esto no es cierto. Los canales de televisión alternativos, populares y comunitarios venimos emitiendo hace 5, 3 o 2 años, algunos más y continúan las primeras experiencias de los 80 y 90. No tenemos que demostrar que podemos sustentarnos porque ya lo hacemos en la práctica, con muy poco, sin ningún apoyo por parte del Estado y sin perseguir el lucro. Invitamos a todo aquel que le interese a conocernos, acercarse a los estudios que construimos desde abajo, levantando paredes, poniendo pisos, levantando decorados, armando puestas de luces. Nos financiamos con nuestros propios aportes y los de las organizaciones que entienden la importancia de defender estos medios que arman al pueblo. Nos sostenemos porque sabemos la importancia del esfuerzo y de la urgencia de levantar herramientas propias en el camino de la construcción de poder popular. Además cabría preguntarse si son sustentables los nuevos canales oficiales más allá de la publicidad oficial; si los estudios cumplen las normas que nos exigen a nosotros y por qué han llegado a la televisión digital sin ningún concurso que los avale.
 

VI. “ La TV alternativa es crítica pero le pide al Estado que la reconozca”.
 
            Nosotros invertimos esta afirmación para que quede clara la postura: ¿Por qué el Estado reconoce, a través de la publicidad por ejemplo, a los medios concentrados? ¿Por qué el mercado y el propio Estado ya experimentan en TV digital sin haber concursado y los medios populares seguimos esperando? ¿Por qué somos nosotros los que nos debemos enfrentar a condicionantes económicos, jurídicos y políticos que en los hechos nos dejan fuera de concurso o nos limitan al bajísimo alcance cuando la ley de medios se presentó al debate como una ley democratizadora, garante de la pluralidad y defensora de la diversidad? “La ley de medios te da el poder a vos”, decía una publicidad de la Presidencia de la Nación tras convocar: “Hablemos todos”. ¡Hagamos efectivo el 33 por ciento!

            Los canales y los medios alternativos, populares y comunitarios expresamos las voces silenciadas o tergiversadas por los multimedios, a los que dice contraponerse el espíritu de la ley. Aprendemos de las luchas del movimiento piquetero, de las organizaciones sindicales, de las cooperativas populares, del movimiento de fábricas recuperadas. Pensamos que el Estado debe promover el trabajo recuperado a través de un apoyo real (de paso, hoy 10 mil trabajadores y trabajadoras ganan su sustento en fábricas sin patrón), y no subsidiar a las grandes empresas capitalistas para que sigan enriqueciéndose a costa de los salarios y la desinversión de los servicios. De la misma manera pensamos que el Estado debe fomentar las experiencias de comunicación articuladas con el movimiento social, los trabajadores y el pueblo. Si no es como cambiar algo para que el sistema de comunicación, en lo estructural, no cambie.
 

VII. “Reclamar el ingreso al cable implica avalar el sistema de televisión paga”.
 
            Dejamos esta opinión para el cierre, porque es como volver al principio. Es notable la lista de exigencias a la televisión alternativa que esquivan sin problemas los canales estatales, oficiales y privados. La comunicación alternativa, popular y comunitaria fue la principal afectada por la autoritaria y excluyente ley 22.285 de 1980, que tuvo muchos más años de democracia que de dictadura. Esta postergación histórica no puede seguirse prolongando. ¿Cómo puede ser que la TV alternativa tenga que conformarse con seguir emitiendo por aire, en análogo, cuando el 70 por ciento de la población por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires hoy mira televisión por cable?

            Reclamar la legalización para exigir el ingreso a la grilla de cable es completamente justo y lógico ya que implica aire real, y nos moviliza contra las cableras que, nos dice la ley, están obligadas a integrar a su dieta a los canales de aire legalizados en su zona de cobertura. El gobierno dio una batalla contra Cablevisión para que incorpore Paka Paka. ¿Esta señal sí merece ingresar al cable pero los medios en manos de los trabajadores no? Entonces el problema no está en si se avala el sistema de televisión paga (justo a los medios alternativos, que siempre quedamos afuera, que somos los sectores más débiles de la comunicación), sino que se trata de un problema político que tiene que ver con los discursos, con la subjetividad y el tipo de relaciones que se ejercen y construyen desde y con nuestra pantalla.
 

Para terminar
 
            Y para que quede claro: creemos que esta ley de medios es mejor que la 22.285, y que en ese sentido es progresiva en cuanto a democratizar las instituciones mediáticas en el sentido que lo hicieron otras instituciones desde la apertura democrática de 1983 (por ejemplo la educativa). También pensamos que el debate sobre el modelo de comunicación en nuestro país –fogoneado por un contexto regional que puso en cuestión el tema de la concentración de medios y su rol como actor político-, genera un piso propicio para el surgimiento de nuevas experiencias comunicativas populares y alternativas. Pero que esta potencialidad aporte realmente al surgimiento de una alternativa y no quede reducida a la mera autorrealización comunicativa o a la religión de lo pequeño depende de nuestra intervención en conjunto con otras expresiones organizativas del campo popular.

            La ley de medios abre el abanico para avanzar en reivindicaciones concretas en la medida que nos movilicemos e intervengamos de manera organizada, como viene sucediendo con el rechazo a las restrictivas resoluciones 685 y 686 y a otras que se prometen para los próximos meses pero que amenazan con cercenar la TV popular a la baja potencia y el mínimo alcance (es decir, a no disputar nada). Esto es algo que ya planteábamos durante la discusión de la ley en el debate hacia otros sectores del campo popular. Hoy lo seguimos sosteniendo: es momento de avanzar hasta lograr el reconocimiento, es momento de organizarnos para disputar masividad. Ésa es la gran tarea de la TV alternativa, popular y comunitaria en estos días. Por eso llamamos a todos los sectores, a las organizaciones sociales, políticas y sindicales, a los referentes del mundo de la cultura y el arte a sumarse y colaborar con esta lucha.---

Entrevistas en el andén


Entrevistas en el andén. Música, cine, teatro, literatura, miradas que se encuentran en la misma estación.

CRISOLES Centro de Arte 
los invita este jueves 3/11, a las 20hs, a participar nuevamente del ciclo "Entrevistas en el Andén", con Ezequiel Jusid (Arbolito) y Leo Gonzalez Hueso.

Ezequiel Jusid 
Es cantante y guitarrista de Arbolito, una banda que fusiona el folclore argentino con otros ritmos como el rock o el reggae. La banda toma su nombre del indio ranquel que degolló al Coronel Rauch, y fue formada por egresados de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Han editado los siguientes discos: La Mala reputación (2000); La arveja esperanza (2002); Mientras la chata nos lleve (2005); Cuando salga el sol (2007); Despertándonos (2009).

Leo Gonzalez Hueso
Es periodista, locutor nacional,  conductor y musicalizador en radio.  Se desempeña como productor-comunicador independiente  en Tcc Producciones, comunicación x sonidos. Es el conductor, musicalizador y productor del programa de radio Tomalo con calma, que se emite de lunes a viernes de 19hs a 22hs por FM 97.1, Radio Provincia.

SE AGRADECE LA DIFUSIÓN. GRACIAS

lunes, 31 de octubre de 2011

MÁS ALLÁ DE LO ELECTORAL...


"Desde el 11 de septiembre de 2001, comenzó una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad."  Estas palabras pronunciadas por Hugo Chávez  en su carta hacia la última Asamblea General de Naciones Unidas, califican certeramente la naturaleza de los acontecimientos que estamos viviendo como pueblo y desnuda la bestialidad del imperio generando matanzas masivas por todo el mundo. Quieren saldar sus crisis económicas regando las calles del mundo con sangre.

A las guerras empantanadas de Afganistán e Irak, hay que agregarle la intervención directa en Libia (8º reserva de petróleo del mundo) perpetrando una verdadera masacre con más de 70 mil muertos en 8 meses de invasión. El asesinato de Muammar El Gadhafi hace unos días ratifica este escenario guerrerista que está llevando adelante el Premio Nobel de la “Paz” Barack Obama.

A comienzos de año irrumpió en el escenario mundial lo que se denominó “La Primavera Árabe”. Las inmensas movilizaciones callejeras comenzaron en Túnez, y desde allí siguieron en Egipto, y luego se desparramaron en forma de insurrección popular por casi todos los países árabes donde las tasas de desigualdad social eran desoladoras. Países que en su mayoría están o fueron gobernados con un estrecho alineamiento a los intereses yanquis, israelíes, y de la Unión Europea, sostenidos sobre la negación y el sometimiento de las clases subalternas islámicas. Pero no son los casos de Libia y de Siria donde el que desestabiliza es el imperio utilizando mercenarios a su servicio. La intervención yanqui en la región, ya sea en forma preventiva de cambios de figuras políticas para que nada cambie, o de intervención militar directa, habrá que leerlas en clave de la importancia geopolítica, pero con mucho olor a petróleo.

En Nuestra América se consolida el despertar de los pueblos y avanza cada día más en seguir conquistando soberanía a pesar de los intentos vanos del imperio por desestabilizar gobiernos como el de Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Porque no es un problema de gobiernos sino de pueblos movilizados que han logrado penetrar el Estado. En ese sentido el ALBA sigue siendo una alternativa para conquistar los grandes derechos postergados de los pueblos y mantenerse alejado de las injerencias del Departamento de Estado norteamericano. Mientras los últimos vestigios del neoliberalismo en nuestro continente sucumbe con la insurrección del pueblo chileno contra el lucro educativo que no es más que poner en jaque toda la estructura económica de Chile instalada en la dictadura de Pinochet y sostenida por la Concertación.

En nuestra Argentina pasaron la elecciones nacionales, muchos festejan sus triunfos abrumadores y otros, a lo que hayan podido acceder. Pero más allá de las elecciones debemos advertir que como pueblo tenemos muchas cuestiones pendientes por resolver y que no tienen mucho que ver con el resultado de los votos. Si bien hemos podido conquistar con la lucha popular de muchos años que a los genocidas de la dictadura los enjuicien y vayan presos, que se logre sancionar la Ley de Medios Audiovisuales, la Asignación Universal por Hijo, y el Futbol para Todos. Pero para nosotros si bien son importantes estás conquistas, hay otras que son fundamentales para lograr la liberación verdadera y recuperar definitivamente la soberanía del país, esos recursos vitales en la actualidad están enajenados, son nuestros Bienes Comunes como los minerales, el agua, la tierra, los recursos energéticos.

Hay compañeros que han hecho esfuerzos de construir entidades políticas “alternativas” como Proyecto Sur, donde Alcira Argumedo no pudo ser candidata en esta elección porque nadie la votó en las primarias. Eso demuestra que el buen discurso de Pino Solanas se desmorona cuando de forma racista descalifica el voto de las provincias, y plantea como voto sensato y culto el de los porteños. También es importante destacar que proponer la despenalización del consumo de marihuana e invitar a portarse mal como propuesta política es una pose esteticista y banal de la política. Rebelarse no es portarse mal y mucho menos fumarse un porro. Y menos que menos si encima lo tenés que hacer con Morandini y Binner.

Por otro lado los compañeros de la izquierda que avanza con su intención de transformarse en la izquierda parlamentaria, lo saludamos y al parecer lo están logrando con estética y discurso mesocrático. Por más retórica de laburante que le pongan eso no tiene mucho que ver con los trabajadores.

En definitiva el problema que enfrentamos todas las organizaciones populares, más allá de lo electoral, es lograr que el proceso político desatado en diciembre del 2001 se encause hacia una solución nuestroamericana y socialista, donde las políticas de Estado estén en función y al servicio de los intereses del pueblo. Y no que se resuelva a favor del stablishment y en contra de los argentinos. Pero como pueblo padecemos debilidades y ello nos obliga a tener que comprometernos más en constituir una unidad capaz de encausarnos hacia una alternativa de poder popular.

Hay que deshacerse de los prejuicios y del prestigismo que hasta el día de hoy nos han separado. Es pararse por encima de la inmediatez, y comprender la construcción y acumulación popular más allá de las diferencias coyunturales. Porque es necesario construir una Argentina donde no haya hambre, saqueo de los Bienes Comunes, que sea pluricultural, y antiimperialista. En eso estaremos como Masetti y ahí nos encontrarán.


Agrupación Jorge Ricardo Masetti